Hoy empiezo a escribir y seré tan clara como soy y voy a por ellos para intensificar mi situación sentimental, pudiendo conocer seres de interés se los haré saber o de lo contrario moriré en el intento gritando despavorida: ¡¡He perdido mi tiempo y vida en mi acción!!.

jueves, 4 de marzo de 2010

MI TERCERA CITA CON YAMAL


Mi tercera cita con Yamal fue el fin de semana venidero, pues yo con todo lo que comí quedé muy satisfecha y dolorida en aquella noche que pasamos juntos. Nos juntamos un día viernes con Yamal y nos fuimos en su moto, pues una amistad de él inauguraba un nuevo restaurant.
Fue un viaje agradable recibiendo la brisa que nos producía el viajar en motocicleta y yo asida de la cintura de Yamal me afirmaba de él a través de su espalda y le garraba su entrepierna dándole de coquetas caricias a tal punto que su virilidad se encendió y en un semáforo pude bajarle el cierre discretamente de su pantalón y así fue como viaje jugando con su glande y grueso cuello sexual, y de vez en cuando llevaba mis dedos a mi boca con su tan intimo sabor y olor saboreando con mis labios y lengua las yemas de mis dedos, saboreando lo que más tarde sería mío en toda su particularidad y dimensión.
Una vez ya dentro del nuevo restaurant nos sentamos en una mesa que ya estaba predispuesta para nosotros y al rato llegó el dueño del restaurant. Saludó a Yamal y a mí me besó en ambos lados de mi mano y dijo a Yamal: "Como siempre tú, muy bien acompañado". Después se retiró. Allí estábamos sentados en la mesa y yo recomencé con mi juego erótico y con mis pies descalzos empecé a rozar sus pantorrillas y Yamal tan sólo me miraba con cara de extasiado, bueno caliente, con cara de caliente. Terminábamos nuestra cena y me dirigí al baño de damas, siendo que al rato se abrió la puerta del baño y era Yamal que se entrometía en el baño y sin decirme nada me tomó por la espalda alojando su mano en mi pubis y su boca se deslizaba en mi nuca llegando a mis hombros, en el baño no había nadie más, cerró la puerta del baño y yo afirmada del vanitorio dejé que levantara mi vestido sacándome mi cola less para quedar desnuda desde mi cintura hacia abajo, mi vagina ya estaba humedecida y golosa dispuesta a dejar entrar al penergúmeno que tanto lo deseaba. Yamal lamió mi vulva rozando mi primeras paginas vaginales traspasándolas con su áspera y astuta lengua, con un escupo en su dedo anular ensanchaba la entrada a la cual iba a penetrar y embestir con sus movimientos pélvicos con los cuales se abatiría en duelo sexual con mi conchita, mi conchita ya humedecida, alojó su cabeza y de un golpe la encajó produciéndome una fricción que me hizo apoyar mis palmas en el espejo. Allí estaba yo siendo ensartada en la confortante pica de mi macho y sostenida de mis caderas, mientras mis manos con mis palmas abiertas se sostenían en el espejo que reflejaba mi rostro con mi boca abierta en un frenético saborear mis labios con mi lengua, mis ojos semi abiertos e idos con la exquisita sensación y moviendo mi cabeza para ambos lados mientras recibía los embistes lascivos de mi Quijote que me atacaba con su lanza sin compasión, sintiéndome yo en un fugaz quejido y un gran ulalá. Sonó un golpear en la puerta del baño el cual interrumpió nuestro sátiro acto. Yo me asusté, bajé mi vestido y Yamal se escondió en una de las casillas de baño, yo rauda me dirigí a abrir la puerta y salí como si nada hubiese ocurrido, dejando a Yamal a su azar. Volví a la mesa que ocupábamos y al rato llegó mi venerado Quijote. Terminamos de cenar y nos marchamos para que otras personas ocuparan la mesa. Íbamos saliendo cuando se nos cruzó el amigo de Yamal diciéndonos: Ya se van, tan luego, quédense para que festejemos en mi privado. Subimos la escala y nos hizo pasar a una amplia sala con un bar en donde habían otras personas en pleno festejo, nos presentó a sus amistades y así fue como fuimos conociendo personas interesantes, sentados en grandes sofás con mesas de centro. Allí conocí a un tipo que bastante petulante era y me asediaba con sus preguntas y temas de conversación de poco interés para mí. Fui al baño hicé mis necesidades y me lavé en el bidet, y al salir del baño estaba esperándome aquel tipo que me asechaba y al abrir la puerta el petulante se metió y me tomó de la mano obligando a quedarme dentro del baño y trató de besarme. Yo le miré con cara de disgusto le dije: Que te crees tú, que llegas y me tomas así por así, espérame. Abrí la puerta del baño y con un gesto llamé a mi Quijote, Yamal entró de inmediato al baño y encaré al tipo diciéndole: sí quieres tener algo conmigo debes poseer mucho más que él. Y le bajé el cierre a Yamal para dejar escapar su gruesa y larga verga a la cual lamí por unos segundos con descaro delante del seudo galán. El tipo se quedó mudo al ver el monstruoso aparato sexual, yo tomé a mi Quijote de la mano diciéndole a mi Yamal: Vámonos de acá, me cargan estos fanfarrones que se las dan de galanes. Yamal al retirarnos agarró al tipo de sus quijadas y con un sarcástico ademán levantó su dedo anular por encima de sus otros dedos, riéndose de aquel patán. Con Yamal bebimos unos tragos y después nos retiramos en forma desapercibida. Nos subimos a la moto y raudos nos fuimos viajando por las calles hasta llegar a un parque y en forma silenciosa buscamos un lugar para estacionar la moto, no hacía tanto frío aquella noche, pero nosotros estábamos muy calientes. Nos besamos por un largo a la luz de la luna que se mostraba en plenitud, yo andaba desnuda debajo de mi vestido, pues mi cola less había quedado en el baño del restaurant, sentía la tierna brisa por entre mis piernas y me senté en la moto con mis piernas abiertas dejando lucir mis lascivas entradas que palpitaban por
comer una presa, esa presa que a nosotras mujeres tanta nos gusta, estaba estirada en la moto como cuando una Sirena se posa en las rocas para tentar a los marinos, al rato Yamal también se sentó desnudo en la moto, yo me agarré del manubrio recostándome en el estanque de bencina con mis senos hacia las estrellas y mi pubis también, pero antes me despojé de mis ropas quedando desnuda. Yamal empezó a apoderarse de mi cuerpo, con ambas manos levantaba mis senos coronando mis pezones con sus lamidas y tiernas mordidas, sus manos recorrían mis axilas, brazos y cuello, quijadas, su boca iban y venían por mi abdomen y ya cuando yo estaba frenética le suplicaba que me lo metiera y Yamal me respondía que le suplicara más aún y yo seguía suplicando: Métemelo, te ruego que me lo metas, métemelo por favor métemelo, por favor métemelo ¡Métemelo!. Cada vez más me excitaba. Y ya cuando estábamos muy excitados me lo metió y yo al sentirlo dentro de mi vagina dejé caer lentamente mi cabeza y cabellos hacia atrás con mi boca abierta en un goce total y con mis ojos perdidos en los vanos obscuros que había entre las estrellas sintiendo el ir y venir de su tan confortante superpolla que se arremetía entre las paginas de mi libro sexual, me entregué al placer de sentirlo dentro de mí besando su cuello, sus hombros y su pecho como toda una fiera. Yo agarrada con mis manos y brazos hacia atrás en el manubrio ejercía presión con mis movimientos de abdomen y arqueaba mi espalda para así sentir como se descalabraba mi cuello uterino que ardiente se dilataba para recibir a tan fenomenal presa que me atravesaba todos mis pliegues entrando cada vez más y catapúltandome hasta las riberas del goce a través de mis cavidades, me solté del manubrio y puse mis brazos encima de los hombros de mi personal violador, mientras con mis movimientos introducía en mi interior todo aquel poderoso miembro que parecía botar fuego por su uretra que incitaba mi cabida vaginal que hambrienta engullía lo que más podía. Allí estaba yo encima de aquel cuerpo varonil mirando a las estrellas mientras me humedecía entera y a la vez mis espasmos me hacían explotar en jadeos y quejidos que de mi boca escapaban hacia el rededor. Ya cuando había acabado muchas veces, me salí de encima de aquel varón que tanto me hacia vibrar, bajé de la moto y me dirigí hacia un árbol que estaba caído y apoyando mis palmas en el árbol, llamé a Yamal. Me puse con mis piernas bien estiradas y en un angulo especial le dejé mi trasero al aire y Yamal de inmediato llegó, me lamía mi trasero y con su dedo anular lo dilataba y con un escupo en mi asterisco anal me lo dejó caer de nuevo, me dejó caer toda su furia y con movimientos de cintura yo empujaba cada vez más hacia atrás para embutirme entera a aquella tan especial anaconda que se desplaza a través de mi nalgas y entraba en mi orificio de atrás que ya estaba dilatado y hambriento en mi placer por comerme esa presa que atentaba en hacerme estallar y afirmada en en el árbol le pedía que me reventara, le suplicaba y así excitarlo aún más. Yamal me daba de palmadas en mis nalgas y yo al sentirlas más me excitaba apretando y dilatando mi estrechez, también él me decía: ¿Quién es mi perra, mi perra quién es?. Yo contestaba: Yo soy tu perra, sí tu perra, soy toda tuya, entera para ti, para ti. Y mi intensidad sexual más se elevaba, Yamal me tomaba de la cabellera tirando de ella y me decía: Perra, perra desgraciada, ¿perra caliente lo quieres todo, lo quieres todo, eres una perra caliente o no?, ¡¡contéstame!!. Yo le contestaba eufórica: Sí, sí, sí soy tu perra, toda tuya, y perra caliente soy, soy perra por ti y lo quiero todo, todo, todo de ti, dame más, más. Mis cabellos estaban tensados en el aire entre mi cuello y las manos de Yamal que ejercían presión dirigiendo mi cabeza a su entero gusto y con mis nalgas revolcándome en la pelvis de Yamal arqueaba mejor mi espalda con movimientos de cintura para así alojar mejor aún dentro de mí aquel tan deleitoso miembro varonil y de vez en cuando en forma sorprésiva recibía palmadas en mis nalgas que me hacían estremecer y apretar mi esfínter mientras mi boca se abría en una gran O para tomar aire en forma irregular y mis ojos estaban en un frenético pestañear, mi cabeza se movía y se movía, mis dientes apretaban mis labios, mis piernas no parecían soportar más y caí al suelo en mis rodillas con mis manos me apoyaba en el árbol y Yamal no me soltaba totalmente excitado en penetrarme hasta acabar y yo trataba de escapar gateando y mi quijote de mis cabellos me sostenía aperrándome en su tan lujuriosa forma. Así fue como entre tirones en mis cabellos y palmadas en mis nalgas, además de su tratarme de "Perra caliente", Yamal me poseyó y me excitó cada vez mejor y una vez más me atravesó su larga y gruesa verga hasta mis intestinos y me hizo elevar mis quejidos y suspiros hasta las estrellas en lujuriantes y grandes ulalás y ya cuando acabó en mi trasero, fue un gruñido que me hizo retumbar mis oídos de placer, mi ano empezaba con su palpitar y pequeños apretones acomodando mi violado asterisco, mientras me corría el semen de Yamal por entre mis tejidos vaginales para limpiarme después. Otra vez había sido ensartada en mi ojo anal traspasándome entera hasta donde pude alojar en mi profundidad aquel tan sensacional miembro masculino que hacia escapar de mi boca abierta quejidos de felicidad y lujuria.
Descansamos un largo rato observando el sin fin de las estrellas, Yamal me acarició entera, me brindó una noche muy especial, pero luego tuvimos que irnos, ya que otros vehículos empezaban a llegar al lugar. Aquella fue nuestra última cita, supe que Yamal atendía a otras mujeres y no quise seguir con él, pues lo quería sólo para mí y él tenía otras mujeres que atender. Creo que fue lo mejor que lo nuestro llegara hasta allí, seguimos siendo amigos en la distancia, él sigue viviendo en París y de vez en cuando me llama a mi teléfono celular para saber que me encuentro bien.
Mon

5 comentarios:

MORGANA dijo...

MENOS MAL QUE HE DE DESCANSAR HASTA EL LUNES...X D..QUE SUBIDÓN DE CALOR...ERES MALA...
BESOS CIELO.

Rodolfo de Jesús Cuevas dijo...

¡Uff, pero qué calor hace!
Ha narrado una ardiente y sensacional aventura que, a muchos, le gustaría llevar a cabo.
Un gran abrazo, querida Mon.

Anónimo dijo...

pues ni modo, haba que esperar la próxima.
besos

Tatiana Aguilera dijo...

Vaya subida de temperatura mujer, jaja...Buen relato, pero ese Yamal si que se las traía..
Un beso.

El vecino del 4º dijo...

sexo venido de más allá de luna...
que las musas cuiden tu piel
tus sueños, tus textos
y tus eternos deseos

quien escribe así ama así...

te felicito

tu vecino del 4º

posdata: siempre dejo la puerta abierta, 24 al día...muass-muass...