Hoy empiezo a escribir y seré tan clara como soy y voy a por ellos para intensificar mi situación sentimental, pudiendo conocer seres de interés se los haré saber o de lo contrario moriré en el intento gritando despavorida: ¡¡He perdido mi tiempo y vida en mi acción!!.

lunes, 22 de febrero de 2010

Recordando a Yamal


Salí el viernes de mi trabajo y quedamos con algunas colegas de la oficina en juntarnos más tarde para bebernos unos tragos en un bar y así conocernos más en nuestra tímida amistad que poco hemos logrado afianzar, ya que poco comparto con ellas dentro del mundo laboral.
Llegó la hora de salir a aquella cita y me vestí con mi traje nocturno, acudí al bar en el cual nos citamos y ellas ya estaban sirviéndose de tragos y charlas, les saludé y me senté junta a ellas, yo encomendé al joven mozo un Martini seco y comenzamos a charlar, después de un rato de carcajadas y amena conversación de amores y desamores decidimos caminar, ya estábamos un poco elevadas y volátiles debido a las copas en aquel bar. Ellas decidieron irse de fárranda, yo no quise, no tenía animo para andar de jolgorio. Así es que ellas se subieron a sus vehículos y me ofrecieron llevarme hasta mi departamento y yo no acepté, les dije que mi apartamento quedaba cerca y prefería caminar. Sola caminaba con dirección a mi hogar y decidí pasar a un bar cercano, pues donde yo vivo hay muchos bares siendo un barrio bohemio. Entré al bar y me senté en la barra y pedí Martini, es mi trago ideal bien helado, y el Barman me atendió, ya después entre copas y copas me sentí mareada y retorné mi viaje hasta mi apartamento. Una vez que ya pude estirarme desnuda en mis sábanas, se me vino la memoria de cuando conocí en París a Yamal. Yamal un tipo de fe y etnia Musulmán, un ser de altura y fornido con el cual tuve la complacencia de deleitarme con su amplia virilidad.
Salíamos de un bar con Yamal y él ofreció llevarme en su moto hasta mi apartamento Parisino y me monté tras de él en su moto y él conduciendo a gran velocidad yo me agarré a su cintura y en una curva me agarré de sus muslos y logré sentir en mis manos su grueso calibre viril. Uff, fue sin querer y una vez que llegamos a un semáforo le dije a su oído que todavía no me quería entrar, así es que con Yamal en su moto llegamos a una habitación de hotel. Una vez dentro de la complicidad de las paredes de la habitación empezó nuestro cuento erótico, pues yo me había excitado mucho al sentir la unión de sus piernas. Me desnudé en las penumbras de la ventana y lentamente llegué hasta él, él estaba sentado en la cama observándome y cuando pude acariciar sus hombros de su camisa lo desalojé, mis labios instinvamente recorrieron su pecho con vellos tupidos y al llegar a su pantalón pude percatarme de su enorme masculinidad. Fue atroz sentir su monstruosa verga dentro de mi boca, pero cada vez me excitaba más y a mí que tanto me gusta. Yamal me tomó en sus brazos y me puso en cuatro en la cama y acomodando su glande en mi entrada vaginal empezó con suaves arremetidas y yo asustada de a poco lo dejaba entrar con leves soltadas y apretadas de mis músculos vaginales, pues su aparato masculino poseía dimensiones que asustaban, pero también me producía curiosidad de como se sentía tener dentro ese penergúmeno que atentaba ante mi delgado cuerpo. Fue una situación de arañar las sábanas, morderme los labios, mis ojos parecían salir expulsados fuera por la presión que recibía en mi cavidad vaginal, mi cabeza se movía lentamente mientras él empujaba más y mis nalgas más las abría para esconder su herramienta sexual dentro de mí. Yo en cuatro patas recibiendo aquella cruel verga que se emplazaba a través de mis paredes uterinas como una bestia que arañaba mis entrañas e inclusive temí que llegara hasta mi corazón, pues era extraordinaria su longitud y su grosor, y a la vez él me agarraba del pelo con sus grandes manos levantando mi cabeza a su entera voluntad y mientra más él me poseía, más me rendía a su candor, me sobrevino un tsunami vaginal el cual se explayó en mí con oleadas de sensaciones de placer abarcando todos mis pliegues con la tan exquisita fricción que se producía en mi cuello uterino en el ir y venir de su polla que expandía cada vez mi boca vaginal y sentidos de mujer con las cuales yo me aferraba para batirme en el duelo sexual ante ese monstruo que se alojaba en mí. Me agarraba de mi cintura con sus dos manos y así encajarme toda su dura verga en un entra y saca, y una vez que estaba adentro él más empujaba invadiendo con su grueso pene mi conchita que feliz se rendía ante tan glorioso invasor produciéndome esa presión vaginal, mis nalgas eran amasadas con frenesí, después me tomó de mis brazos y quedé colgando, dejando mi cuerpo en el aire sostenida de mis brazos a mi espalda por sus manos y así me embestía, me embestía a su entero gusto, movimiento y tesón, mis senos se movían para todos lados, mis cabellos en mi cara y frente sudorienta, mi vagina se retorcía pidiendo más, más y en un momento mientra yo estaba en cuatro me tomó de mi cuello y quijadas, y empujó con toda su fuerza y allí pude percatarme que ya tenía dentro, muy adentro de mí su larga y gruesa verga mientras sus gónadas tililaban en mis muslos, mis labios los humedecía y apretaba con mis dientes gimiendo y balbuceando mételo todo, mételo todo, todo, todo, todoooooo. Toda su herramienta sexual estaba en mi vagina y mi cabeza parecía reventar debido a la gran presión y deleite corporal con el que estaba siendo complacida y bendecida. Acabé por lo menos seis veces y él todavía no acababa y me pidió que le otorgara el placer de mi ano, pero no acepté, pues ya era mucho para mí y ya después lo hice acabar con lamidas y con mis manos masturbándole, y acabó en mi boca con su tibia leche esparramándola en mi cara
y exhausta caí , mi rostro estaba empapado con su chorro de semen que evacuó a través de su penergúmeno que media más de 25 cm de largo con 6 cm de ancho.
Salimos varias veces con Yamal, pero las otras se las cuento después, porque mi conchita ya se inflamó.
Mon

11 comentarios:

Alís dijo...

Salvaje recuerdo!!

Mon dijo...

Oh sí mi linda Alís es un recuerdo salvaje y espera a leer lo de nuestra segunda cita con Yamal. Bikos para ti.

vio le ta dijo...

me dio hambre

Anónimo dijo...

no tengo 25, pero ellas nunca se van insatisfechas. excelente relato.
besos

Tatiana Aguilera dijo...

Vaya Mon, que experiencia, espero la continuación...

Mon dijo...

Viole que te entre en provecho lo que vayas a comer, je, je.

Reltih no podría poner en duda lo que me comentas. Bikos.

Taty apenas pueda expondré mi 2° cita con el bien dotado Yamal. Bikos.

Maya dijo...

woooooooooooo.....que recuerdo...salvaje y furioso....enciende!

BLANCA LIBIA HERRERA CHAVES dijo...

REAL O SUEÑO... YAMAL ASOMA COMO UN RECUERDO MUY HÚMEDO...

UN ABRAZO

Rodolfo de Jesús Cuevas dijo...

Una aventura para no olvidar jamás. Como siempre, ha sido un placer leerte.
Mi más tierno abrazo.

Mon dijo...

Maya espera a saber del segundo encuentro, uff. Bikos.

Blanca Libia Herrera es un recuerdo real y muy húmedo. Beijos.

Rodolfo sí que no la he olvidado. beijos.

Anónimo dijo...

te confieso que me provocaste y mucho.

Rigidos saludos desde aca...